viernes, 25 de enero de 2008

Últimos coletazos


Al salir por la puerta de Jaffs cruzamos hasta la galería comercial que se encuentra frente a ella y paseamos hasta llegar a una casa que está siendo restaurada y que tiene números y letras inscritos en cada una de las piedras que la forman. Desde allí bajamos por la escalinata hasta la calle Ha´emeq donde podemos observar las bonitas terrazas escalonadas que dan a ella. Continuamos nuestro camino hasta Hamekhes Square y siguiendo por Shelomzion Hamalka hasta Yafo y Ben Yehuda para despedirnos de esta zona en la que tan buenos ratos hemos pasado y comprobar que, como siempre, es un hervidero de gente. A continuación compramos unos bocadillos en Hamelek George y tomamos el bus de regreso al hotel.
Solo nos queda hacer las maletas, ducharnos y comernos los bocatas mientras hacemos tiempo para esperar al sherut que nos llevará al aeropuerto. Lo hace volando, por cierto. Ni yo habría ido más rápido.
Nada más llegar al aeropuerto nos indican donde colocarnos, nos hacen preguntas (más que nada para ver como "respiramos") y pasamos varios controles de seguridad. En uno de ellos nos abren una de las maletas pero sin ningún problema. El trato es en todo momento muy correcto y profesional por parte de gente llamativamente joven. Una vez facturado el equipaje y pasados los controles de seguridad y de pasaporte solo nos queda esperar un buen rato. El tiempo se hace corto a pesar de la hora que es (el vuelo sale a las tres y media de la madrugada) y curioseamos en las tiendas que hay en la bonita rotonda que forma la sala de espera. Bueno, curioseamos y acabamos comprando unos dulces y un perfume en una de las tiendas de Duty Free.
El avión es más cómodo que el de Iberia, ya que podemos estrirar las piernas bajo el asiento de delante. Así que nos quedamos dormidos enseguida y no nos despertamos hasta sobrevolar Madrid. Se agradece enormemente que no dieran la lata con cenas, desayunos ni carritos.
Eso sí, el avión estuvo circulando por las pistas más de veinte minutos antes de despegar. Se ve que tenía tan pocas ganas como yo de abandonar Israel.....

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