miércoles, 23 de enero de 2008

2 de enero de 2008 (1ª parte)


El día comienza igual (y a la misma hora) que el anterior, solo que hoy y en previsión de otra mala comida compramos unos bocadillos en la Estación de Tel-Aviv.
Emprendemos la marcha nuevamente por la llanura de Hasharon hasta desviarnos después de pasar Netanya hacia el interior, buscando la zona de la Baja Galilea. Llegamos así hasta Afula y desde allí hacia el norte camino de Nazareth. Pasamos por una zona montañosa que ha sido repoblada forestalmente con millones de árboles y siguiendo una técnica muy ingeniosa para que estos crezcan en las rocas.
Nazareth es una ciudad de unos ochenta mil habitantes en su mayoría árabes, sobre todo musulmanes. Son ciudadanos israelíes con las mismas libertades y derechos que cualquier judío, aunque eso no lo veamos en nuestras televisiones. Vende más sacar a los que hacen del victimismo una profesión y llevan generaciones viviendo del cuento.
Lo primero que hacemos es visitar la Basílica de la Anunciación con su famosa gruta. Son muy destacables las distintas obras de arte donadas por diferentes países y que adornan este templo tan importante para el cristianismo. Desde allí fuimos a la Iglesia de San José levantada sobre la carpintería original. A la salida de Nazareth pasamos por Nazareth Ili, ciudad judía gemela de la anterior. En nuestro camino hacia Cafarnaum pasamos por Cana (donde la famosa boda en que se transformó el agua en vino), el Monte Tabor o de la Transfiguración, Tabgha ( con su milagro de la multiplicación de los peces y los panes), el Monte de la Bienaventuranzas .... todos ellos lugares santos para el cristianismo y que acogen una multitud continua de peregrinos.
En Cafarneum visitamos la Casa de San pedro sobre la que el Vaticano (propietario del lugar) ha edificado la iglesia octogonal. Junto a ella se encuentra la Sinagoga Blanca en la que Jesús predicó ya que, a pesar de la mala memoria de tantos carcas y progres, era judío. Entre los visitantes de la considerada como ciudad de Jesús vemos a un grupo numeroso muy trajeados y con pinta oficial. Nos dicen que están preparando la próxima visita de Bush.
Justo después de dejar la zona paramos a comer en Tanureen, restaurante libanés especializado en el Pez de San Pedro. Aunque pasamos del pescado, le vemos muy buena pinta y decidimos comer en él y dejar los bocatas para la noche. Acertamos.

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