Ya desde antes de verlo podemos oler el mar y sentir la brisa salada. ¡uff! Lo echábamos de menos. Vemos el edificio de la Ópera, donde estuvo el primer parlamento de Israel, y seguimos caminando por el paseo marítimo que corre paralelo a unas playas muy parecidas a las de mi tierra, con arena fina y dorada y mar claro y brillante.
Desde allí visitamos el mercado HaKarmel, parecido a los que ya conocemos de Jerusalem aunque nos da la impresión de que es algo más pequeño. Tere me compra unas gafas de sol, lleva tiempo diciendo que las que llevó están más vistas que el telediario, y yo me compro una sudadera muy chula.
Una vez que dejamos el mercado por la plaza Magen David nos vamos por la calle Ben Yehuda hasta torcer a la derecha por Bograshov y llegar al centro Dizengoff. Se trata de un centro comercial que se levanta a ambos lados de la calle del mismo nombre con unos puentes que la cruzan. Allí comemos bastante bien y echamos varias horas curioseando, visitando tiendas, tomando café, comprando, ...
Cuando salimos nos vamos por la calle Dizengoff y cruzamos la plaza con la famosa fuente. Es una arteria comercial muy concurrida y llena de vida. Cerca del cruce con la calle Gordon entramos en una tienda de moda en la que Tere ve unos shorts que le gustan mucho pero le quedan algo grandes. Nos dicen que se puede arreglar, así que después de un buen rato intentando entendernos, llamada telefónica incluida, quedamos en que en una hora estará listo. Paseamos un rato y para hacer tiempo nos metemos en un ciber y en una tienda de ropa erótica. Ni que decir tiene que compramos en ella, hay verdaderas preciosidades. Volvemos a la tienda y tras probarse el short comprobamos que le quedan magníficamente bien. ¡Guau! Que delicia.
Continuamos caminando hasta llegar a la calle Ben Gurión y allí visitamos su casa, solo por fuera ya que es tarde y está cerrada. Después de eso cenamos en un chiringuito callejero llamado también Ben Gurión. Nos quedamos impresionados con la calidad y variedad de la comida así como con la limpieza y el estupendo servicio. Es, probablemente, el mejor sitio en el que hemos comido.
Seguimos por la calle Ben Gurion hasta cruzarnos con Ibn Gvirol donde visitamos brevemente un centro comercial que está junto al ayuntamiento y después emprendemos una larga caminata que nos llevará, por la calle Arlozoroff hasta la estación de autobuses, situada junto a la Estación Central de Ferrocarril.
Como digo es una buena caminata de varios kilómetros pero se hace cómoda y muy agradable, con una noche fresca pero bonita. Así que pasamos de esperar ningún bus en las paradas por las que vamos pasando y, cuando nos damos cuenta estamos en el bus que nos devolverá a Jerusalem, a la que llegamos sobre las doce y media de la noche con ganas de coger la cama y darle descanso a nuestros pies. Aunque las compras son tan tentadoras ...
Desde allí visitamos el mercado HaKarmel, parecido a los que ya conocemos de Jerusalem aunque nos da la impresión de que es algo más pequeño. Tere me compra unas gafas de sol, lleva tiempo diciendo que las que llevó están más vistas que el telediario, y yo me compro una sudadera muy chula.
Una vez que dejamos el mercado por la plaza Magen David nos vamos por la calle Ben Yehuda hasta torcer a la derecha por Bograshov y llegar al centro Dizengoff. Se trata de un centro comercial que se levanta a ambos lados de la calle del mismo nombre con unos puentes que la cruzan. Allí comemos bastante bien y echamos varias horas curioseando, visitando tiendas, tomando café, comprando, ...
Cuando salimos nos vamos por la calle Dizengoff y cruzamos la plaza con la famosa fuente. Es una arteria comercial muy concurrida y llena de vida. Cerca del cruce con la calle Gordon entramos en una tienda de moda en la que Tere ve unos shorts que le gustan mucho pero le quedan algo grandes. Nos dicen que se puede arreglar, así que después de un buen rato intentando entendernos, llamada telefónica incluida, quedamos en que en una hora estará listo. Paseamos un rato y para hacer tiempo nos metemos en un ciber y en una tienda de ropa erótica. Ni que decir tiene que compramos en ella, hay verdaderas preciosidades. Volvemos a la tienda y tras probarse el short comprobamos que le quedan magníficamente bien. ¡Guau! Que delicia.
Continuamos caminando hasta llegar a la calle Ben Gurión y allí visitamos su casa, solo por fuera ya que es tarde y está cerrada. Después de eso cenamos en un chiringuito callejero llamado también Ben Gurión. Nos quedamos impresionados con la calidad y variedad de la comida así como con la limpieza y el estupendo servicio. Es, probablemente, el mejor sitio en el que hemos comido.
Seguimos por la calle Ben Gurion hasta cruzarnos con Ibn Gvirol donde visitamos brevemente un centro comercial que está junto al ayuntamiento y después emprendemos una larga caminata que nos llevará, por la calle Arlozoroff hasta la estación de autobuses, situada junto a la Estación Central de Ferrocarril.
Como digo es una buena caminata de varios kilómetros pero se hace cómoda y muy agradable, con una noche fresca pero bonita. Así que pasamos de esperar ningún bus en las paradas por las que vamos pasando y, cuando nos damos cuenta estamos en el bus que nos devolverá a Jerusalem, a la que llegamos sobre las doce y media de la noche con ganas de coger la cama y darle descanso a nuestros pies. Aunque las compras son tan tentadoras ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario