jueves, 17 de enero de 2008

20 de Tevet de 5768 (2ª parte)


Tras salir del Santo Sepulcro nos dirigimos por la calle St. Helena hasta Christian Quarter y por ella hacia la zona de la puerta de Jaffa donde visitaremos la Torre de David. Se trata de un museo en el que podemos conocer la historia de la ciudad de Jerusalem y contemplar una maravillosa vista de la Ciudad Vieja. Tras la visita comemos en el Samara. La comida está muy buena y haciéndole caso a mi hijo "no comais nada raro" elegimos entre varias ensaladas que no sabíamos de que estaban hechas una cuyo nombre era impronunciable. ¡Estaba riquísima!
Después de la comida nos adentramos por el Barrio Armenio siguiendo la calle del Patriarcado Armenio Ortodoxo en la que no faltan carteles que nos recuerdan el genocidio armenio cometido por los turcos a comienzos del siglo XX.
Abandonamos por un momento las murallas de la Ciudad Vieja por la puerta de Zion para visitar Dormition Church, el lugar de la Última Cena y la Tumba de David junto a la sinagoga sefardí.
De vuelta a nuestro camino nos introducimos de lleno en el Barrio Judío callejeando por él y llegando, a través de Tiferet Yisrael y Misgav Ladakh, hasta el Kotel. Allí podemos participar del final del Sabbath en medio de un ambiente festivo y multitudinario.
Salimos de la zona del Kotel por el pasaje subterraneo que da a El Wad con la intención de callejear un poco por la zona pero pronto nos damos cuenta que nos estamos adentrando demasiado en el barrio musulmán a horas poco apropiadas (ya no nos miran igual que esta mañana) así que volvemos sobre nuestros pasos hacia el barrio judío y paseamos por Hayehudim (el Cardo estaba cerrado) hasta cruzarnos con David y desde allí a la puerta de Jaffa para bordeando la espectacularmente iluminadas murallas encaminarnos hacia Jerusalem Oeste donde nos tomamos un café (bien acompañado) para reponer fuerzas y meternos de lleno en la zona de Ben Yehuda, Salomón, .... Poco a poco van abriendo tiendas y bares y la animación va aumentando tras la conclusión del Sabbath mientras las calles se llenan de una multitud alegre y festiva.
Acabamos cenando una carne estupenda en un restaurante argentino, El Gaucho. Tras las copitas de rigor volvemos al hotel en el bus, que ya circula con absoluta normalidad, y con los pies reventados. Cansados pero contentos.

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